CONECTADOS: LA FISICA CUANTICA Y LA ASTROFISICA LO CONFIRMAN
El decir que estamos todos conectados pudo
resultar un concepto místico, con origen en las tradiciones orientales o en la
sabiduría antigua. Sin embargo, el
científico Gregg Braden hace una reflexión muy interesante en su libro ¨La
matriz divina¨.
Braden nos cuenta que existe un concepto
en la física cuántica que colabora para esta visión de la realidad: el
entrelazamiento cuántico. En 1997 medios científicos de todo el mundo
publicaron un experimento que confirma lo que la física tradicional dice que no
puede existir. “Específicamente los científicos dividieron un fotón (partícula
de luz) creando mellizos con propiedades idénticas. Luego, usando equipos
desarrollados para el experimento, separaron las partículas en direcciones
opuestas. Los mellizos fueron colocados en una cámara especialmente designada
con dos rutas de fibra óptica, semejantes a las que se utilizan para transmitir
llamadas telefónicas. Las rutas se
extendían desde la cámara en direcciones opuestas a una distancia de once
kilómetros. Para cuando cada mellizo alcanzaba su objetivo los separaban veintidós
kilómetros. Al final de la ruta los mellizos se vieron forzados a escoger entre
dos rutas aleatorias idénticas en todos los aspectos. Lo que hace que este
experimento sea tan interesante es que cuando las partículas mellizas llegaban
a un punto en que tenían que escoger una ruta o la otra, ambas tomaban la misma
decisión y la misma ruta cada vez. Sin falta, los resultados fueron idénticos
cada vez que se condujo el experimento¨.
Lo impactante es que aunque los mellizos
estén separados actúan como si estuvieran conectados. A este fenómeno se lo llamó “entrelazamiento
cuántico”. O sea que, a nivel
subatómico, si los mellizos son separados geográficamente, si uno es
modificado, el otro experimenta el cambio instantáneamente.
Bien. Lo que hace Gregg Braden es explicarnos
que podemos tomar este concepto y la teoría del Big Bang para comprender la
unión en todo lo que existe. ¨ Los
científicos convencionales creen que nuestro universo empezó hace trece a
veinte millones de años con una explosión masiva como jamás había existido
antes ni desde entonces¨. Fred Hoyle la llamó el Big Bang. Gregg Braden sostiene que “los investigadores
han calculado que fracciones de segundo antes de que ocurriera el Big Bang todo
nuestro universo era mucho más pequeño que en la actualidad. Los modelos por
computadora sugieren que, de hecho, era tan pequeño que estaba fuertemente
comprimido en una esfera. Al remover todo ese espacio vacío de lo que vemos hoy como el universo, se cree que esa esfera
tendría el tamaño de un guisante… Cuando la fuerza de la explosión del Big Bang
desgarró la insustancialidad del vacío existente, se llevó consigo más que el
calor y la luz que se suponía que se llevaría. También estalló desplegándose como un patrón de energía que se convirtió en
el anteproyecto de todo lo existe ahora y existirá jamás. Ese patrón es el tema de los mitos antiguos,
doctrinas eternas y sabiduría mística¨.
Entonces, ¿cómo unimos este conocimiento
para demostrar que todo lo que existe tiene una conexión? Tiene que ver con que, en ambos experimentos,
lo que está hoy separado en algún momento estuvo unido. Braden dice que “el hecho de que los fotones
y las partículas del Big Bang fueron una vez parte los unos de los otros, es la
clave de su conexión. Parece que una vez que algo se ha unido, queda conectado
para siempre, ya sea que permanezca o no unido físicamente¨.
Hay que considerar que nosotros estamos
formados, a un determinado nivel, de partículas subatómicas. Y esas partículas
han interaccionado con otras en el pasado, compartiendo así energía e información. Nuevos paradigmas se basan en que somos
energía e información, moviéndonos en esta danza cósmica. Teorías como las
mencionadas por Gregg Braden nos hacen reflexionar en que, al estar conectados, si modificamos patrones energéticos y
emocionales, modificamos al todo. O sea,
lo que me pasa a mí afecta al todo y lo que le pasa al otro me afecta, aunque
estemos separados a kilómetros de distancia. Para pensar…